lunes, 22 de agosto de 2011

Ruta 66

Vídeo resumen.

Chicago



Día 1 : Chicago-Springfield



Día 2 : Springfield-Cuba



Día 3 : Cuba-Oklahoma City



Día 4 : Oklahoma City-Amarillo



Día 5 : Amarillo-Gallup



Día 6 : Gallup-Flagstaff



Día 7 : Flagstaff-Monument Valley



Día 8 : Monument Valley-Grand Canyon



Día 9 : Grand Canyon-Williams



Día 10 : Williams-Las Vegas



Día 11 : Las Vegas-Needles


Día 12 : Needles-Santa Monica


Los Ángeles & Santa Mónica

domingo, 29 de mayo de 2011

De paseo por Australia

Australia
Si tuviese que definir con una sola palabra a Australia, sin duda esa sería paraíso. En una isla del tamaño de toda Europa sólo 20 millones son los afortunados que tienen el privilegio de vivir allí, lo que hace que la densidad de población sea de tan solo 2.5 habitantes por km2.
Los australianos son gente atenta y feliz y los que llegamos allí desde otros países podemos decirles que fuera no van a encontrar nada mejor y que a muchos nos ha enamorado su país y sentimos una gran envidia del país que han y continúan construyendo.

Quizá como muchos, yo tenía la idea de que Australia había nacido de criminales y presos ingleses exiliados, y ¿cómo es posible concebir que sus ciudades sean las más seguras del mundo?, pues lo primero es saber que los supuestos criminales que el reino unido enviaba a su colonia en las antípodas eran presos menores, que obtenían su libertad a cambio de un largo viaje a un nuevo mundo. Leyendo anécdotas y la historia de estos primeros colonos es fácil saber que nada ha sido fácil y hacer de Australia lo que hoy es ha sido un trabajo increíble.

Si alguien tiene pensado viajar a Australia y quiere tener una imagen del país mucho mejor de la que yo pueda darle en este pequeño blog, le recomiendo que se lea el libro de Bill Bryson Down Under o En las antípodas, en castellano, es una lectura muy amena y que os puede ayudar a decidir si visitar una zona de la isla o de qué hacer una vez que estéis allí.


El Viaje a Australia
La primera pregunta que te suelen hacer antes de salir hacia Australia es ¿cuánto tiempo dura el viaje?, luego tus amigos a veces te preguntan cuántos días vas a estar o qué lugares visitarás. Pues bien, antes de dar una estimación debéis tener en cuenta si Iberia está por medio o no, en caso de que sí lo esté hay que estar preparado para cualquier imprevisto. Nuestro viaje de ida comenzó en Vigo el 18 de Octubre de 2010 con este itinerario Vigo-Madrid-Londres-Hong Kong-Melbourne, la duración planificada iba a ser de 24-25 horas de vuelo, incluyendo escalas; al final el viaje fue Vigo-Madrid-Londres-Singapour-Melbourne gracias a Iberia, cuyo vuelo Madrid-Londres salió con dos horas de retraso. En Londres nos tuvieron 10 horas tirados por la terminal, eso sí, nos dieron 10£ para comer y cenar dos personas, ¡qué espléndidos!. El viaje se hace largo pero lo que os encontraréis al final ¡merece mucho la pena!. Lo que nos ha quedado claro después viajando con la Quantas y British Airlines es que tenemos la peor compañía aérea nacional con diferencia. Nuestra llegada a Melbourne fue a las 7 de la mañana del día 20 de Octubre, y cuando ya nos habíamos olvidado de Iberia y estábamos decididos a disfrutar del viaje la Quantas nos confirmó que Iberia se había dejado una de nuestras maletas atrás...

Y este es el mapa de nuestros 18 días en Australia. Primera parada : Melbourne.



Melbourne
Melbourne fue la primera capital australiana, entre los años 1901 y 1927, hasta que la competencia con Sydney obligó a crear Camberra para evitar problemas entre las dos ciudades más importantes del país. Actualmente, Melbourne es la segunda ciudad en cuanto a número de habitantes y ha sido votada muchas veces como una de las ciudades con más calidad de vida del mundo. Poco tiempo tardamos en darnos cuenta de que las ciudades australianas están hechas para las personas, y no son las personas las que se adaptan a la ciudad. En la actualidad Melbourne está perdiendo su preeminencia cultural a favor de Sydney, y entre los australianos se ve como una ciudad demasiado aburrida.

El traslado desde el aeropuerto de Melbourne al hotel lo hicimos usando el Skybus, con frecuencia de 10 minutos, te deja en la estación de autobuses, y una vez allí te trasladan a tu hotel en minibús, todo incluído en los 16$ que cuesta el billete. Una vez entramos en la habitación se nos pasaron de un plumazo todos los malos pensamientos y nos convertimos en dos australianos, dispuestos a disfrutar a tope de un viaje increíble en un país inolvidable.




A pesar de no contar con edificios históricos o antiguos (tened en cuenta lo joven que es el país) es fácil disfrutar de la ciudad, darse un paseo por las orillas del río Yarra, entrar en el jardín botánico, en el que empezamos a ver los primeros bichos y plantas 'raras', totalmente nuevos para nosotros; incluso el circuito de Formula 1 donde se celebra el Gran Premio de Australia, que se encuentra en el centro de la ciudad, es un parque con un estanque y repleto de árboles, el Albert Park.

Otra de las cosas que nos llamó la atención es lo deportista que es la gente, y las impresionantes instalaciones deportivas con las que cuentan en las ciudades. A veces vemos que Australia está en las primeras posiciones en los medalleros de las olimpiadas, ¡y son solo 20 millones de habitantes!.

En la zona del mar, Port Philip, lo más llamativo e interesante es el Luna Park, el parque de atracciones más antiguo que hay en australia, aun así darse un paseo por la orilla del mar es muy agradable.

Lo mejor para tener una vista completa de Melbourne es subir al piso 86 de la torre Eureka, desde allí podéis disfrutar además de un bonito atardecer. La entrada cuesta unos 16$, sí, todo en Australia es caro, muy caro.


Como mi maleta seguía perdida en algún lugar entre Londres y Singapour tuvimos que ir de compras, y para ello hay unos centros comerciales geniales en el centro, el Myer y David Jones en Bourke Street. Allí nos gastamos parte de los 350$ que la Quantas nos dio al cumplirse las 48 horas de retraso de mi maleta (seguro que ellos tienen la misma opinión que yo de Iberia).

Philip Island
La visita a Philip Island puede hacerse en una excursión guiada, con chofer-guía (una muestra más de la practicidad de los australianos, si el guía sabe conducir, pues que conduzca). En lo que dura el viaje desde Melbourne a Philip Island, algo menos de 2 horas el conductor no paró ni un segundo de contarnos cosas sobre Australia, flora, fauna...todo ello en un inglés australiano que es difícil de seguir, pero olvidaros de guías españoles...lo más que conseguiréis de un guía será un intento de saludo en italoespañol o alguna referencia a algún deportista famoso como Alonso o Nadal. Y hablando de Nadal, de camino pasamos por delante del Rod Laver Arena, donde se celebra el Open de Australia.


De camino a Philp Island hicimos una parada en Churchill Island, lo cierto es que poco hay que ver en ella, unas ovejas y vacas muy raras y un centro de interpretación donde se puede visitar una recreación de una granja.

El plan de esta excursión constaba de tres visitas : Koala Conservation Centre, The Nobbies y la Penguin Parade. El primero de ellos es una reserva de koalas, al fin podríamos ver un koala en directo!, estábamos muy ilusonados, pero creedme os cansaréis koalas por todos lados, incluso en libertad.

Los Nobbies son unos acantilados impresionantes, donde las olas rompen con una gran violencia y donde hay una colonia de leones marinos (que no se dignaron a aparecer mientras estuvimos allí) y de gaviotas (que aparecieron por todas partes). La vista de estos acantilados nos dio una idea de lo peligrosa que es la costa Australiana, donde han naufragado muchísimos barcos a lo largo de la historia.



Finalmente fuimos a la Penguin Parade, se trata de una visita muy divertida a la playa donde desde hace cientos de años los pingüinos regresan del mar para dormir y pasar la noche con sus crías. Todo se reduce a esperar con paciencia en la orilla a que los pingüinos enanos empiecen a llegar en grupos y se escabullan torpemente entre la vegetación cuando llega la noche. Todo está organizado para no alterarlos, se prohiben las fotos, se pide silencio y disfrutar simplemente de la naturaleza (revisando que no haya ningún pingüino bajo el coche antes de salir).



Y como Australia es un país de contrastes, aquí tenéis otro. En medio de la naturaleza nos encontramos con el circuito de motos del Gran Premio de Australia de Philip Island. Allí estuvimos el año en el que Toni Elías ganó el título en Moto 2, y un cartel nos lo recordó.

Después de dos días por Melbourne y alrededores, recogimos nuestro coche de alquiler y comenzamos a hacer de este viaje algo inolvidable, comenzamos la Great Ocean Road.

Great Ocean Road : Torquay, Aireys Inlet, Lorne, Apollo Bay, Cape Otway, Port Campbell.
La Great Ocean Road es una carretera de 243 km construída por soldados australianos retornados después de la primera guerra mundial que recorre la costa sureste de Australia. Conducir por esta carretera es un auténtico placer, a pesar de las incontables curvas el viaje se nos ha hecho muy corto. A lo largo de estos más de 200km pudimos disfrutar de una playas enormes, desiertas, con una agua azul turquesa increíble, pueblos costeros y surferos muy bonitos, faros museo y muchos koalas en libertad!.


Torquay
Torquay es la ciudad del surf, aquí nació la marca Quicksilver y por todos lados había tiendas de venta de tablas de surf, ropa y complementos. Visitar el pueblo no tiene mucho interés, ya que lo más famoso e importante son sus oleadas playas.

La playa más famosa de Torquay es Bells Beach, donde tiene lugar una prueba del campeonato del mundo de surf, muchos dicen que las olas de Bells Beach son de las mejores del mundo. Nosotros no podemos asegurarlo, pero las decenas de surfistas que nos encontramos seguro que están de acuerdo con esa afirmación.


A lo largo de toda la costa, cada pocos kilómetros nos encontramos con playas alucinantes, completamente vírgenes e identificadas con un número inscrito sobre una pirámide amarilla para facilitar lal localización en caso de emergencia.


Aireys Inlet
Continuando por la Great Ocean Road es posible visitar el faro de Aireys Inlet, un faro muy bonito en un entorno natural con buenas vistas a la costa y mucha vegetación. Esta visita no lleva mucho tiempo pero es muy recomendable desviarse unos km de la carretera y disfrutar unos minutos del entorno.


La siguiente parada : Lorne, un pueblo de veraneo pequeño y muy bonito. Con una playa acondicionada para los picnic y con tiendas de souvenirs ¡y gasolinera!, a estas alturas ya nos habíamos percatado de que cuando haya ocasión de llenar el depósito hay que hacerlo y de que Australia es un país muy caro, hasta en los supermercados de los pueblos más sencillos todo cuesta una barbaridad (tableta de chocolate 4$).

Acceso a la Great Ocean Road
Poco después de Lorne nos encontramos con la entrada simbólica la la Great Ocean Road, un arco y un monumento conmemorativo marcan el inicio de la carretera más bonita por la que hemos circulado nunca.



El primer pueblo interesante tras pasar el arco es Apollo Bay, otro típico pueblo de veraneo, lleno de tiendas de souvenirs. Lo cierto es que la época en la que visitamos Australia fue en primavera y no nos encontramos con demasiada gente por las calles, lo que nos dio una idea del marcado carácter vacacional de la zona.



Cape Otway
Y dejando a un lado la Great Ocean Road, desviándonos hacia el interior vivimos uno de los momentos más inolvidables del viaje : nuestro primer koala en libertad, allí, hecho un ovillo encima de un eucalipto sin importarle nada de lo que le rodeaba y sin prestarnos la más mínima atención, tranquilo, durmiento bajo la lluvia.

El koala casi nos cuesta un disgusto, y es que conducir un coche por la izquierda y automático tiene sus dificultades, sobre todo si uno confunde el freno con el embrague y lo que pretendía ser una parada suave se convierte en un frenazo en seco, pero el koala ni se inmutó. Por la carretera que llevaba a Cape Otway los árboles estaban plagados de koalas, casi todos ellos durmiendo.

En Cape Otway pudimos visitar el interior del faro más antiguo de Australia, el mismo estilo que el que habíamos visto en Aireys Inlet pero más explotado para el turismo, con recreaciones de las instalaciones y vida de los antiguos fareros. A las 5 de la tarde terminan las visitas, hay que tenerlo en cuenta porque son bastantes km de desvío de la carretera principal y cerca del faro solo hay eucaliptos y koalas.

Port Campbell
Port Cambell fue el punto final de nuestro viaje por la Great Ocean Road, se trata de otro pueblecito de veraneo, pero con la diferencia de que alberga una de las muchas maravillas de la naturaleza que nos encontramos en Australia : los 12 apóstoles. Todo el parque natural de Port Cambell está formado por peligrosos acantilados en los que han naufragado docenas de barcos ingleses. Los dos puntos de interés son el Loch Arc Gorge y los doce apóstoles, estos son rocas de piedra caliza que emergen del mar, alineados en la linea de costa rompiendo las olas.

Ya de vuelta hacia Melbourne nos acercamos al Top Tree Walk, uno de los muchos que hay. Se trata fundamentalmente de grandes andamiajes de metal que van entre las copas de árboles altísmos. En el paseo pudimos ver seres prehistóricos vivos (helechos) y muertos (dinosaurios). A mi esto no fue algo que me gustase demasiado, de hecho creo que solo nos cruzamos con jubilados apasionados de los árboles y temerosos de las alturas, en algún momento me vi intentando reanimar a alguno con problemas cardíacos, aunque a mi tampoco me resultaba nada cómodo caminar a 50 metros del suelo sobre esos pasillos de hierro tambaleándose.


Sydney
Después de 5 días en el estado de Victoria tomamos rumbo a Sydney en avión. Es curioso que dentro del país nadie te pide ningún tipo de identificación para coger un vuelo, basta con la tarjeta de embarque para justificar tu sitio en el vuelo. Otra cosa curiosa es el poder cambiar de vuelo si hay plazas libres en uno anterior y sin intervención de ningún operario del aeropuerto. Desde el aeropuerto bajamos a la ciudad en tren, y ya en el centro usamos un taxi para llegar al hotel, y allí estaba esperándome mi maleta, al fin!. Menudo alegrón, habíamos entrado en Sydney con buen pie.

Woolloomooloo Bay
La bahía de Woolloomooloo está situada a las afueras de Sydney, en una zona residencial y muy tranquila. Allí teníamos nuestro hotel, el Blue Hotel, pegado a la casa de Russel Crowe y cerca del café de Wheels, donde muchos famosos paran a tomarse una tarta (nosotros no nos cruzamos con ninguno). Desde la bahía es posible llegar al centro de Sydney atravesando los Royal Botanic Gardens, teniendo unas vistas espectaculares de la Ópera.


Darling Harbour, Acuario y Wildlife
En nuestro primer día en Sydney el tiempo no acompañó, estuvo lloviendo y decidimos acercarnos a ver el acuario y el zoo wildlife, la idea era estar a cubierto pero la visita estuvo muy entretenida. Allí pudimos ver todos los animales australianos por primera vez : canguros, koalas, wombats, cassowary, cocodrilos,ornitorrincos,serpientes supervenenosas,pingüinos... y los peces y medusas más peligrosos, de esos que oímos una y otra vez que pueden matarte en cualquier momento. Leyendo el libro de Bill Bryson Down Under, hay multitud de anécdotas de ataques de cocodrilos, tiburones y la famosa box jellyfish, el 'animal' más venenoso del mundo. Cuenta Bryson en un capítulo que un chico tuvo la mala fortuna de toparse con una box jellyfish e incluso después de haber sido sedado seguía gritando. En wildlife pudimos tocar koalas, son muy suaves, pensamos que estaban drogados porque eran los primeros que veíamos moverse.






En la Darling harbour hay una réplica muy chula del Endeabour, la embarcación con la que James Cook llegó a Australia, y un faro similar a los que hemos visto en el área de Melbourne. Se trata de una zona muy concurrida, con restaurantes, cafeterías, centros comerciales y espacios peatonales enormes.




Royal Botanic Gardens
Los jardines en Sydney son espacios abiertos al ocio, la gente hace deporte con entrenadores personales a cualquier hora del día, lo niños dan clases al aire libre estudiando las plantas, y los turistas sacamos fotos de todo. En estos jardines, a pesar de que resulte un poco increíble hay colonias de murciélagos enormes (pero que comen fruta e insectos), que generan un ruido espantoso atrayéndote hacia ellos para que te sorprendas al descubrir '¿qué es lo que hace ese ruido?'. Rodeando los jardines botánicos se accede a la ópera de Sydney.



Opera
El edificio de la ópera de Sydney se alza majestuoso en medio de la bahía, la vista desde todos los ángulos y a cualquier hora es increíble. La construcción (Jørn Utzon) estuvo llena de problemas, retrasos y unos sobrecostes bestiales, pero el resultado final ha valido la pena con creces. Es posible visitar las salas con guía, y claro, asistir a algún espectáculo. La visita guiada dura aproximadamente una hora, incluye el concert hall, la opera house y más instalaciones; el guía ofrece información real (en inglés), 'leyendas' y curiosidades recogidas a los largo de sus más de 40 años. En general todo el entorno de la bahía es espectacular y os pasaréis un buen rato mirando con los ojos como platos y la boca abierta de par en par.



El Harbour Bridge une ambas orillas de la bahía, puede cruzarse andando, por la acera o en escalada en grupos organizados. La seguridad es enorme, hay guardias, cámaras y enrejados imposibles de sabotear, pero ¿quién viviendo en esta maravilla de ciudad querría medir la altura entre el puente y el agua?. Lo mejor del puente son las vistas de la ópera y la bahía.



The Rocks
El barrio de The Rocks es donde nació la ciudad de Sydney, aquí desembarcaron los primeros colones europeos. Las calles son empedradas, poco transitadas, con tiendas y pubs antiguos. Podéis aprovechar para entrar en alguna librería y llevaros algún recuerdo de Australia en forma de libro, recomendado : Shaun Tan.

Manly y Bondi.
Son las dos playas por excelencia de Sydney, la primera es accesible en ferry (lo que os permite ver la ópera en 180º) y para la segunda la mejor opción es el autobús. En la zona de Manly hay multitud de tiendas de surf y souvenirs y es una visita muy agradable. Bondi es la playa más famosa, pero el tiempo no nos acompañó y la vimos bajo la lluvia, solo con valientes surfistas. A Bondi vienen los chicos y chicas guapas de Sydney a broncearse, incluso hay una serie de tv basada en esta playa.



Chinatown & Fish Market
En la zona de Chinatown Sydney no se diferencia de otra ciudad, comercios chinos, restaurantes supermercados...un buen sitio para adquirir souvenirs mucho más baratos que en las tiendas del centro, pero sin ningún otro interés más allá que el meramente comercial.

Un poco más a las afueras de Sydney, dejando atrás chinatown, está el mercado de pescado. Es una visita recomendada, hay multitud de pescaderías con pescado fresco y puestos donde podéis comprar pescado y marisco crudo y pedir que os lo hagan al momento. Lo cierto es que todo tenía una pinta impresionante pero era temprano por la mañana y no nos apeteció probar los prawns australianos o algún otro bicho diferente a los que aquí estamos acostumbrados a ver.


Sydney Tower
Desde la Sydney tower hay una buenas vistas de la ciudad, sin embargo, la ópera se esconde entre rascacielos. Otra forma de tener una buenas vistas es ir a tomarse algo o a cenar al restaurante summit, situado en una planta móvil, que gira sobre sí misma 360º. En lo que dura una cena es posible dar un giro completo. Es un capricho, con cocina de 'diseño', y muy caro ;-)






Uluru y Kata Tjuta
Después de cinco días de turismo urbano por Sydney aterrizamos en un lugar mágico en el medio del desierto, el Uluru National Park. La mejor forma de descubrir el parque es con un coche de alquiler, y moverse por toda su extensión, respetando siempre las carreteras y el paisaje (debéis haber reservado el coche con antelación, una vez allí, de todos los mostradores colgaba un cartel de no hay coches). El Uluru es una formación rocosa imponente en medio del desierto, un lugar sagrado para los aborígenes australianos, lleno de historias que explican su nacimiento y constitución. La tribu de los anangu recuperó en propiedad el parque hace años, y ahora lo explota de forma que nos permite disfrutar de él pero siempre y cuando nosotros mostremos respeto. Es posible escalar el Uluru, pero además de peligroso es una ofensa para los anangu, así que mejor no lo hagáis. Para acceder al parque hay que hacerse con una entrada, válida por 3 días y que permite permanecer en el interior dentro de las horas de apertura.


Hay dos momentos del día en los que el Uluru muestra toda su magia, el amanecer y el atardecer. Durante esos momentos el Uluru cambia de color dependiendo de la posición del sol. En mi opinión, dos días en Ayers Rock es suficiente tiempo para impregnarse de la magia del desierto australiano y de hacer la vista del Uluru inolvidable.

A pocos kilómetros del parque nacional se encuentra el Ayers Rock Resort, que es el lugar donde nos quedamos a dormir todos los turistas (no está permitido acampar dentro del parque, tampoco fuera). El Resort está compuesto por 5 o 6 hoteles, de diferentes calidades y precios, supermercado, tiendas de souvenirs, restaurantes y centros de turismo, donde contratar excursiones guiadas para ver el Uluru y Las Olgas y coches. En el hotel Pioneer encontramos un restaurate auténtico, donde pudimos comprar carne de cocodrilo y canguro cruda y cocinarla nosotros mismos en las barbacoas de gas que tenían instaladas. En mi opinión, la carne de canguro no tiene nada de especial, sin embargo, la de cocodrilo está realmente buena, diría que se parece al rape pero mucho más dura y elástica.



Queensland : Cairns, Townsville y Airlie Beach
Como contrapunto a unos dias en el desierto y para finalizar el viaje, cogimos un avión entre Ayers Rock y Cairns para ver la playa más bonita del mundo y la gran barrera de coral. El estado de Queensland tiene un clima tropical, salvaje a veces, como ha ocurrido en el año 2011, una vegetación exuberante y una fauna peculiar.

Airlie Beach
Airlie Beach es una pequeña ciudad que forma parte de la región Withsunday. Se trata de un núcleo turístico de playa y actividades acuáticas al 100%. La atracción por excelencia de la zona de Withsunday es la Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del mundo. Por toda la ciudad hay oficinas de reserva de excursiones y actividades acuáticas, cuyo eje principal gira en torno a la Barrera de Coral. Como ocurre con muchas playas, la de Airlie no es apta para el baño debido a las medusas, para solventar el problema se han construido una piscina enorme con agua de mar que simula una playa con arena y césped, la verdad es que no es muy atractiva.



Gran Barrera de Coral
Una de las mejores formas de descubrir la barrera de coral es desde el aire, la otra, bajo el mar. En ambos casos una solución cara pero que realmente merece la pena es reservar una excursión en hidroavión en Air Withsunday. Hay diferentes excursiones disponibles pero en esencia se pueden resumir en una vistas del arrecife increíbles, una hora de buceo controlado (ellos suministran el material), un paseo en barca viendo el fondo marino y la visita a la playa más bonita que he visto nunca, Withehaven Beach. Bucear en la barrera coral es una experiencia increíble, nadar entre los peces que habíamos visto en los acuarios, peces para nada temerosos, tranquilos, a lo suyo mientras nosotros lo grabábamos todo en nuestras cabezas para siempre.


Whitehaven Beach
Si en el cielo hay playa seguro que es como esta, y si alguien tiene dudas de que exista la playa de sus sueños debería ver Whitehaven.




Townsville
Poco puedo decir de Townsville, fue una visita de paso solo para coger un avión de vuelta a Cairns. Ese día Townsville nos pareció una ciudad fantasma, todo el mundo estaba en su casa viendo la Melbourne Cup, que se conoce como 'la carrera de caballos que para un país', y tanto que así fue, comercios y bares cerrados, nadie en la calle...lo único que hicimos fue visitar el acuario, con coral natural y darnos un paseo por la zona de la playa, desde donde pudimos echar una vistazo lejano de Magnetic Island. Las playas de Townsville también son peligrosas para el baño debido a las medusas, aquí, como en mutras otras playas, la solución es tirar redes formando una barrera que impide acceder a las 'stingers'.




Cairns
Cairns es un auténtico hervidero de gente, una ciudad de verano llena de vida, gente de vacaciones, comercios de souvenirs y restaurantes por todos los lados. Es agradable darse un paseo por la zona de la playa (también peligrosa), pero nosotros al igual que todos allí aprovechamos nuestros días para hacer excursiones a Kuranda, Green Island y Daintree River.





Kuranda
Kuranda es un pueblecito que se encuentra a 25 km de Cairns, dentro del rainforest. La forma más original de llega a él es a través del tren panorámico, y la mejor forma para volver es usando el teleférico. En Kuranda es posible visitar el mercado, con puestos comerciales de todo tipo, y también se puede visitar el Wild Life, con la posibilidad de montarse en un vehículo anfibio, ver de nuevo la faúna y flora australiana e incluso practicar el tiro de boomerang y tocar el didjeridu.



Green Island
Desde Cairns puede cogerse el barco para ir hasta la Green Island, el trayecto dura aproximadamente 45 minutos y si el mar está revuelto, como en nuestro caso, puede ser un palizón. En la Green Island se puede hacer snorkel (nada comparable a hacerlo en Whitsunday), navegar en barco con fondo de cristal y poco más. Sinceramente, no es una visita que pueda recomendar.



Daintree river & Cape Tribulation
La excursión por Daintree y Cape Tribulation es 100% naturaleza dentro del rainforest. El río Daintree está plagado de cocodrilos enormes, que llegan incluso hasta las playas (cocodrilos de agua salada), lo que hace que aquí las playas sean doblemente peligrosas, por las medusas y por lo cocodrilos. Esta parte de la tierra fue la única que se mantuvo en su sitio tras el movimiento de las placas tectónicas, por ello hay especies animales y árboles que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, como el cassowary, el pájaro más peligroso del mundo, y para mi también el más bonito, es una lástima que esté en peligro de extinción, pero nosotros podemos decir que hemos visto uno en libertad, cruzando la carretera justo delante de nosotros, algo inolvidable. En Cape Tribulation encalló en el coral el Endeabour del Capitán James Cook, y quedó bastante dañado, pero gracias a un miembro de la tribulación pudo repararlo.





Espero que este pequeño blog os anime a coger un avión rumbo a las Antípodas, os aseguro que querréis volver una y otra y otra y otra vez.

Ah, Y los canguros...muerden!!